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Uno de las frutas tropicales más elogiadas y, desde luego, el más preciado fruto de la familia Guttiferae. El fruto, cerrado por un destacado cáliz en el extremo del tallo y con 4 a 8 restos de estigmas triangulares y planos en una roseta, es redondo, morado oscuro a rojo-púrpura y suave externamente. La masa es suave y ligeramente ácida o claramente ácida en el sabor y es aclamado como exquisitamente delicioso. El lugar de origen del mangostán es desconocido, pero se cree que se originó en las Islas Sunda y las Islas Molucas. El fruto es más grande, la corteza más gruesa de lo normal, y la masa más ácida, con sabor más pronunciado. El árbol no se adapta a la piedra caliza y dan mejores resultados en los suelos orgánicos ricos y profundos, especialmente de arena o arcilla laterítica. Para seleccionar los mejores frutos para la mesa, se deben elegir aquellos con el mayor número de lóbulos de estigma en el ápice, estos tendrán el mayor número de segmentos carnosos y, en consecuencia, el menor número de semillas. Las semillas se comen solas a veces después de hervirlas o asarlas.